—¿Qué quieres decir con eso? ¿Cómo que no eres una piloto? —Puedo ver la confusión en sus ojos al hacer esas preguntas y en verdad quisiera no tener que contestarlas.
—Bueno si soy piloto, solo que no estoy legalmente certificada para volar un avión comercial, o privado... ninguno en realidad, al menos no sin la compañía de alguien que sí lo esté.—Intento explicarle.
Estaba tan avergonzada que ni siquiera podía mirarlo a los ojos, pero tenía que decir la verdad. Ver cómo me miraba mientras lo cuidaba hizo que mi corazón se derritiera y que la culpa me atormentara hasta casi volverme loca. Nunca he cido una perita en dulce, solo Dios sabe cuantas veces le he mentido a papá, o cuantas veces le hice trampa a Stephanie jugando al parchis, pero siempre fueron mentiras blascas e inocentes. Esto sin dudas está mucho mas allá y me arrepiento de no haber medido las concecuencias de mis actos antes.
En mi defensa puedo decir que, con todas nuestras peleas, jamás pensé que las cosas termina