Un total de treinta y tres suites flotan sobre las cálidas aguas del mar Índico. Bañarte en esta playa es como meterte en la bañera.
Estar tan tranquila y relajada tiene que ser pecado. Pero me ha costado acostumbrarme como diez segundos, el tiempo de ponerme el bikini y acomodarme en la tumbona.
-Ian - pregunto sabiendo que no le va a hacer ninguna gracia.
- Dime.
- ¿Qué opinas sobre hacer topless?
Se levanta las gafas de sol hasta taparse la frente a lo que yo respondo con una amplia sonrisa.
-Opino que puedes hacerlos si es lo que quieres - me quedo de piedra. Solo quería que se pusiera celoso no enseñar las tetas por toda la isla - pero como te atrevas nos montamos en el helicóptero y te llevo a Alaska si hace falta para que te pongas un cuello alto.
Ahí está mi celoso y dominante que me encanta.
-Ni loca. Me da frío solo de pensarlo.
-Entonces hazle un doble nudo a tu bañador - bromea el también.
Por la tarde hacen cur