Doli me dijo que la función de los bailes era conocer personas y después hablar mal de ellas a sus espaldas. Yo no voy a permitir que tengan de que hablar, así que trato de no envolver los brazos sobre mi cuerpo para no demostrar vergüenza y levantar la barbilla.

Miro el salón para distraerme. Los sirvientes hicieron un trabajo increíble, han pintado un hermoso escenario marino en el techo donde pueden verse arrecifes y creaturas marinas que se mueven de verdad en una ilusión, la mesa de bocadillos está rebosante de mariscos y cortinas vaporosas blancas cuelgan del techo como si fueran espuma de mar.

Estoy tan encantada que me olvidó que no debo mirar hasta que es tarde. Tristán está bailando con la princesa de Laguna Azul, ella se mueve con tanta ligereza como si nadara, su cabello rubio tiene mechones azules y sus ojos son encantadores.

No puedo odiarla, ella no tiene la culpa de tener que casarse con Tristán, así que me prohíbo odiarla.

—Princesa Dalonet —dice mi nombre un hombre