DEMIAN

—Darío no se suicidó. A mi hijo lo mataron.

—¿Está segura de eso?

—Completamente.

La voz de Rebecca duele, pero el encargado del juzgado luce indiferente.

¿En qué momento esto se convirtió en una tragedia?

Era sábado, fumábamos hierba durante la sesión. De pronto el profesor se pone melancólico y ofrece una especie de despedida. Nosotros lloramos mucho, lo recuerdo, aunque íbamos confundidos. He de admitir que le sacaba cierta ventaja a mis amigos. Ellos estaban en otro planeta, yo al menos tenía los pies bien puestos en esta tierra que se mueve e insulta, me aprieta, y, sin darme cuenta, acabo como el re

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