Capítulo XXIX

Y para Cassandra el cuidar de su hija y de sí misma se ha convertido en su principal misión, dado que Antón se ha empecinado en querer acercarse a Evolet con malas intenciones…y Louis simplemente deja que su hijo haga lo que le parezca…

-Mami, extraño a papi…

-Él está sanando, tranquila mi amor – tomando a su pequeña en brazos – él vendrá por nosotras

Antón se asoma e ingresa a la habitación, Cassandra en el acto se arrincona contra una pared y abraza de forma protectora a su hija – ¡¿Qué quieres?!

-Vine por mi futura esposa…

- ¡Aléjate de mi hija! ¡bastardo!

-Mami, tengo miedo – escondiendo su carita en el pecho de su madre

- ¡Vete!

-Diosa Luna, estoy cansando de tenerte paciencia

- ¡Me importa muy poco tu paciencia! ¡si tocas a mi hija te voy a matar!

- ¿Crees que esa amenaza puede conmigo? – y sus ojos se tornan rojos

Evolet empieza a llorar, y Cassandra no sabe qué hacer para calmar el dolor de su niña – ¡detente!

-Diosa Luna, entrégame a mi futura esposa

- ¡Vete al infierno! – y
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