Capítulo 3

Capítulo 3

Samuel

Bien temprano en la mañana estaba aterrizando en el aeropuerto de España, después de mucho tiempo lejos de casa por motivos de negocios y alguno que otro personal. Había vuelto a casa por el simple hecho de que en unas horas sería nombrado CEO de la empacadora de mis padres. Me había llegado el tiempo de ocupar mi lugar como el principal heredero y estaba más que conforme con la decisión que había tomado mi padre.

Cuando llegue a la empresa esta mañana, aún era demasiado temprano; tanto que ni siquiera había salido el sol. Por lo que únicamente estaba el hombre de seguridad, quien me dejo pasar sin ningún problema; ya que me conocía por los años que lleva trabajando aquí.

Al llegar al último piso en donde se situaban las oficinas de la familia, esta tenía la misma estructura de las demás empresas que tenemos en otros países. Las oficinas que ocupábamos mi hermano y yo antes, el área equipada para la secretaria, una pequeña cocina por así decirlo y la sala de juntas en donde se llevan a cabo las reuniones importantes.

A mi padre siempre le ha gustado la privacidad y la tranquilidad a la hora de trabajar, este dice que de esta manera las cosas salen mejor. Así que debido a esto es por lo que esta área es solamente reservada para el presidente de la empresa.

En el momento en el que entro a la oficina de mi padre después de tanto tiempo, veo que nada ha cambiado en lo absoluto y todo se mantiene exactamente como lo recuerdo. Así que sin más que hacer que esperar a que alguien llegase, dejo mis cosas en la percha y me dirijo hacia el gran sofá tomando algunos papeles que hay sobre el escritorio de mi padre. Quería saber que estaba haciendo últimamente para empezar a familiarizarme con todo lo antes posible.

El tiempo pasó volando y ni siquiera estaba consciente de cuanto llevaba dentro de aquella oficina revisando papeles. Hasta que una linda melodía me saca de mis pensamientos y veo como la puerta se abre dejándome ver a una hermosa mujer moviendo sus caderas sensualmente.

Frente a mí tenía a una mujer extremadamente bella, la cual tenía entre sus manos una tasa de café y al voltear no puede evitar examinarla por completo. Sin embargo, al no esperar mi presencia tras de ella, se quedó congelada por el susto. Algo que me dio la oportunidad de analizarla de arriba hacia abajo sin escrúpulos y pude apreciar sus voluminosas caderas. Las cuales resaltaban sus curvas y ni que decir de sus senos, son del tamaño perfecto para cualquier hombre.

Me moría de ganas por descubrir el rostro de tan bello ser y como si mis plegarias fueran escuchadas, en un abrir y cerrar de ojos esa hermosa mujer se volteó. Dejándome ver su delicado rostro y toda su escultural figura. Nunca me considere un hombre que solo está con mujeres delgadas y de taya cero, al contrario; siempre me gusto tener de donde agarrar.

En el preciso momento en el que esta bella mujer se da cuenta de mi presencia, su rostro muestra algo de asombro y también puedo apreciar claramente como me mira de arriba hacia abajo todo mi cuerpo. Algo que obviamente no me molesto para nada porque yo hice exactamente lo mismo, aunque debo reconocer que en ocasiones esta acción por parte de algunas mujeres hacía mi persona, me ha parecido bastante incómoda. Sin embargo, que lo haga esta bella mujer que tengo delante de mí me provoca una extraña sensación en todo mi cuerpo y no me siento para nada incómodo ahora mismo, al contrario; me siento deseado.

Una voz muy familiar para mí, nos sacó de nuestro intenso contacto visual y al ver que era mi padre me acomode mejor en el asiento. Veo como mi padre quien acaba de llegar a la oficina, trata a esta mujer como si fuera su hija y cuando pronuncia su nombre me deja saber quien es ella con certeza.

Cuando escuche el nombre de Andrea, me di cuenta de que ella es la secretaria de mi padre, de la cual he escuchado maravillas hasta de mi propia madre y ella es la que en ocasiones me contesta cada vez que llamo o solicito algún documento. Al fin le podía poner un rostro a la chica de voz tierna y melodiosa que siempre me es agradable escuchar cada que decido llamar.

En el momento que mi padre le pregunta a si ella si algún ratón le comió la lengua; para que notara mi presencia tuve que hacer un ruido con la garganta. Así que mi padre siguiendo ese sonido, se volteó encontrándose conmigo.

La bienvenida de mi padre fue tal cual me la esperé, calidad, pero muy profesional y es que después de mucho tiempo sin vernos era normal que fuera así. Sin embargo; creo que al ser dos machos alfa como diría mi madre, demostrarnos tanto afecto no está en nuestra naturaleza aunque en el fondo él sabe que lo quiero muchísimo.

En el momento en el que me dirigí hacia la bella Andrea, pude notar un ligero aroma a frutos secos que me encantó y cuando le dije que esperaba trabajar de la mejor manera con ella, me preocupe al ver que no obtenía respuesta alguna.

_ ¿Señorita se encanta bien? ¿La asuste demasiado? – le pregunte dejando una suave caricia en su mejilla, la cual me atreví a dejar descaradamente.

– Lo lamento – fue lo único que dijo y vi como sus mejillas se comenzaron a poner rojas.

– Niña pensamos que te habías muerto ahí de pie – dijo mi padre con una sonrisa pícara en el rostro.

– Lamento haberla asustado de esa manera señorita Andrea.

Digo yo esta vez, pero pellizco suavemente su mejilla para ver cómo estas se vuelven a tornar de un color rojizo. Muy pocas mujeres hoy en día se sonrojan de manera natural y es lindo ver eso en ella, quien por cierto es más bajita que yo con todo y tacones.

_ ¡Este yo! _ exclama nerviosa alejándose de mí – ¿Señor Gabriel por qué no me aviso que su hijo llegaría tan temprano? Me espanté un poco al verlo porque normalmente en estas oficinas solo estoy yo hasta que usted llega.

_ Lo lamento niña, pero es que yo tampoco sabia que Samuel haría eso.

_ Te pido perdón por eso Andrea. La verdad es que fue mi culpa, no le avisé a nadie que había llegado y me entretuve revisando unos papeles _ dije tranquilo. 

Veo como los ojos de Andrea se encuentran con los míos otra vez y espero poder trabajar con ella de la mejor manera posible.

_ Perdón otra vez, de seguro debe creer que soy una tonta por lo que acaba de pasar. Aunque normalmente si me quedo en el limbo de vez en cuando – dijo con una sonrisa.

_ No pasa nada señorita, opino que será agradable trabajar con usted y si le vuelve a pasar lo de hace un rato yo mismo me encargaré de hacerla volver a la realidad.

_ ¡Hay hijo mío! Eso lo tendrás que hacerlo muy seguido, créeme. Pero aun así Andrea es una chica muy trabajadora y lo tendrá todo en tiempo como siempre _ dijo mi padre.

Esas últimas palabras de mi padre, debo de admitir que le dieron algo de diversión a la situación. Más aún porque después de eso él y Andrea tenía un duelo de miradas bastante divertido, al parecer estos dos han creado una fuerte amistad o complicidad. Papá siempre quiso tener una hija hembra, pero en vez de eso solamente le salimos puros hombres y considero que Andrea se ha ganado ese puesto en su corazón. Algo que obviamente no me molesta porque eso habla muy bien de ella, no todas las mujeres de su edad tienen una relación de amistad con un hombre mayor sin pedir nada a cambio. Puesto que la gran mayoría solamente busca cazar fortuna y poder.

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