Capítulo 34 Una noche.
ALEXANDER:
La tomé entre mis brazos, ya no soporto más este juego, si ella me detiene ahora, será todo, no le insistiré más, y permanecer a su lado como un amigo, un protector.
Pero para mi sorpresa, ella no se resistió en lo más mínimo y eso era lo que buscaba, que se entregara a mí, que de una vez por todas aceptara lo que sentía por mí.
Comencé a guiarla a la cama, ella me seguía entre besos y caricias, pero debía estar seguro de que ella estaba conmigo en ese momento y no recordando a Leo.
— Te amo Florencia, ¿lo entiendes?
— Y yo a ti Alex. — Me deleite mirando su rostro, brillaba de una manera única, y cuando menos lo esperaba ella me atacó.
Me empujó sobre la cama y se colocó sobre mí, tenía una mirada feroz. Que no voy a mentir, me encantó.
— A partir de hoy serás solo mío. — Y eso lejos de parecer una amenaza se me antojo a una dulce invitación.
— Será todo como tú desees. Mi hermoso Ángel. — Trate de que escuchara mi juramento en esa frase, ella sería mi ama y yo su esclavo,