—Óscar, ¿qué pasa contigo? Esta mañana te he llamado cinco o seis veces y no me has contestado ni una sola vez.
Me sentí algo nervioso y le respondí, —Cuñada, es que anoche me dormí muy tarde y esta mañana no escuché el teléfono sonar.
—¿Por qué me llamaste? ¿Es algo relacionado con mi hermano y necesitas ayuda?
—No, no es por eso. Simplemente escuché Luna decir que anoche no te quedaste en su casa, sino que te fuiste a un hotel.
—Quería preguntarte por qué decidiste ir a un hotel.
Suspiré aliviado en silencio y le respondí: —Ah, es por eso... Bueno, creo que deberías preguntarle a Luna directamente.
—Si Luna me lo hubiera explicado desde un principio, no te estaría preguntando, ¿verdad?
—Dime la verdad, ¿fue Paula, esa bruja, quien te asustó o te hizo algo?
—No exactamente. Es solo que anoche Paula me estuvo molestando, y me sentí bastante incómodo, por eso no quise quedarme allí.
—Lo sabía, Paula siempre ha tenido intenciones contigo. Hiciste bien en irte, Óscar. Paula no es una muje