Vieron esta escena.
David se quedó atónito.
El Dr. Jiménez también se quedó atónito.
Todos los espectadores estaban igualmente sorprendidos.
Nunca habrían imaginado que Jesús, quien acababa de estar a salvo y sin problemas, vomitara tanta sangre en un abrir y cerrar de ojos, incluso su espíritu disminuyó rápidamente.
Incluso aquellos que no eran médicos podían ver claramente que la situación actual de Jesús era muy grave y su vida estaba en peligro inminente.
—Dr. Jiménez, ¿qué le pasa a mi abuelo...?
David agarró el brazo del Dr. Jiménez con fuerza, sus ojos rojos por la ansiedad.
—No lo sé, Jesús estaba bien hace un momento...—
El Dr. Jiménez estaba confundido y desconcertado.
—Eres médico y además eres un famoso médico, ¿cómo es posible que no sepas...?
—¡Piensa rápido!
David gritó furiosamente mientras su mente ardía con urgencia total e incapacidad para mantenerse tranquilo ante la situación caótica.
—Aquí no hay equipo médico para examinar el cuerpo de Jesús.
—En mi opinión deber