María observó con una sonrisa de satisfacción cómo Carmen desaparecía con melancolía...
Al día siguiente.
Hoy es sábado y la empresa está cerrada. Por la mañana, Christian recibió una llamada de Isabel, quien le dijo que tenía algo muy importante que discutir con él y lo invitó a encontrarse en un lujoso café en las afueras de la ciudad.
Christian llegó en su motocicleta y justo cuando estaba estacionando, la puerta de un automóvil Maserati rojo se abrió repentinamente, casi chocando con él.
Inmediatamente después, una joven elegante, delgada, hermosa y con una actitud altanera salió del coche.
—¿No tienes ojos? ¿Cómo aparcas? ¿Puedes permitirte pagar por los daños a mi coche?—regañó la joven con desprecio, mirando con desdén la vieja motocicleta de Christian.
Christian se sorprendió por un momento y en su mente surgió la imagen de la impresionante belleza de Isabel. La situación actual era muy similar a cuando se encontró con Isabel por primera vez.
En ese entonces, Isabel casi lo at