El día que terminó la guerra y pude elegir a Raven como mi esposo creí que era el día más feliz de toda mi vida.

Por varios meses Raven me había estado hablando de un plan, sobre querer casarse conmigo y mi hermana…

—No amor… No… —me dijo Raven cuando yo me horrorice por la idea— ¿Crees que me interesa tu hermana? ¿Cómo podría cuando tengo tu amor?

—¿Entonces por qué quieres casarte con ella? —pregunté entre lágrimas.

—Tengo que ser el único dueño de la manada Valle de la Luna y el lago Silver, y la Única manera en la que pueda lograr eso es si las tengo a ambas como mis esposas, ¿Lo entiendes?

—Eso es una locura…

—Pero es la única manera —insistió Raven con firmeza—, tú prometiste apoyarme con mis sueños de convertirme el alfa más fuerte del continente, y para eso necesito ser el único dueño del lago Silver, ¿Me ayudaras?

Se que Raven siempre fue un bastardo engañoso, y creo que muy en el fondo de mi interior, sabía que él me estaba manipulando.

Pero como una idiota… Yo le creí.

Esta