Después de acordar los últimos detalles y cerca al amanecer del día siguiente, todos los miembros de la manada perdición plateada se marchan de nuestra manada. Mientras que los lobos designados de nuestra misma manada, también se retiran a cumplir su misión.

Al verlos marcharse, Julián no dice nada, pero su mente no puede mentirme, sé que para él es difícil verlos irse, está preocupado no solo por Kiara también por todos los demás. Julián es uno de los pocos que realmente comprende lo peligroso que es Raven, y le preocupa no estar ahí en el campo de batalla, creyendo que las cosas pueden complicarse con su ausencia.

Pero aún y medio de todo su nerviosismo, yo sigo siendo su prioridad, por lo que decide dejarlos marcharse, prefiriendo quedarse a mi lado.

—Vámonos a casa —dice Julián cuando todos finalmente se marchan.

Al lado de mi Alfa, ambos abandonamos la alcaldía principal de la manada, y regresamos en su coche hacia la mansión, donde todos los demás ya están profundamente dormido