—Él de verdad… Está dispuesto a morir —digo entre sollozos, sin sentirme capaz de calmarme.

Después de salir de la habitación de Julian, voy al único lugar que se me ocurre para tratar de tranquilizarme y encontrar paz, la cocina de la mansión, donde me encuentro con Vireya para hablar con ella, la cual me abraza por los hombros en un intento de reconfortarme.

—Debes comprenderlo, Julian es el alfa de esta manada, y a veces debe tomar decisiones difíciles para nuestro bienestar —me consuela Vireya, tratando de darme ánimos.

—¿Pero morir es una decisión correcta? ¡No puedo creerlo!

Se que Vireya está intentando hacerse la fuerte, pero ella está perdiendo a su hijo, así que detrás de sus palabras comprensivas hay un claro dejo de dolor. Ella está sufriendo tanto como yo ante la idea de la muerte de Julian.

—¿Acaso hay alguna alternativa? —pregunta Vireya de manera algo lastimera— Mi hijo tiene razón, si queremos salvar nuestras vidas y las pocas de la manada que debemos proteger, tenemo