El agua fría que caía desde la regadera, no le ayudaba a calmar los pensamientos que lo mantenían perturbado desde la noche anterior. Apenas había logrado dormir un poco debido a toda la tribulación de emociones que parecían ir y venir sin control alguno.
La había besado.
Saliendo de la ducha, Bastián se acomodaba su ropa deportiva; necesitaba salir a correr, tenía que distraerse urgentemente, pues no había logrado dejar de pensar en ella, Adalet Williams realmente se le había clavado en medio de los pensamientos y eso, no era bueno él, en realidad, no era bueno para ambos, él no era para nadie, y ella tenía su propia historia en ese hijo, y en Enzo.
Había una poderosa razón por la cual no se atrevía nunca a rebasar los límites entre el placer físico y las emociones comprometedoras: él era un hombre comprometido. Aun cuando despreciara por mucho a la mujer que había sido elegida para ser su esposa, él tenía un deber familiar que cumplir, deber que le habían inculcado casi desde que re