Rose
El día había sido muy largo, estaba muy cansada, pero baje al bar del hotel a tomar algo, no quería quedarme en la habitación, no tenía con quien charlar ni por mensaje, ya que la mentira de mi muerte me dejó sola, Elisa seguro se está preparando para viajar.
Al salir del elevador camine en dirección del bar y al ingresar me encontré con el chef y el dueño del hotel en una de las mesas, me incomodó su mirada seria, lo mire y seguí mi camino a una mesa lejos de la suya, pero al sentarme y mirar al frente tenía su mirada puesta en mí.
—¿Puedo acompañarla? —una voz masculina me saca de mis pensamientos.
—Eh si... ¿Te conozco? —le pregunté al verlo.
—Somos compañeros en la cocina ¡Me llamo Juan! —extendió su mano y la recibí.
—Es cierto, eres el chef salsero —lo recordé y el tomo asiento.
—Así es, pero puedes llamarme por mi nombre ¡Por favor! —dijo haciendo súplicas con sus manos y sonreí ante su descaro.
—¡Está bien Juan! —le sonreí y al mirar al frente noté la mirada del chef y vo