Las siguientes semanas fueron horribles sobre todo porque tuve que aguantar las llamadas constantes de Federico pidiéndome que lo dejara explicarse por enésima vez. Fueron horribles porque tuve que acudir a todas mis fuerzas para poder resistirme, para no flaquear y caer en sus mentiras una vez más.
A decir verdad, nunca creí que iba a ser capaz de aguantar, pensé que con unas cuantas palabras de su parte yo iba a ceder como siempre hacía, pero no. Ha sido una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, pero lo hice.
Pensé en mi bebé y en el mal que le iba a causar crecer entre tantas mentiras, tantas discusiones. Al inicio me pareció una buena idea porque pensé que la relación entre Federico y yo iba a tener solución. Yo quería para Theo una estabilidad familiar, pero estas idas y venidas definitivamente no pueden ser una opción para su cr