No tengo la menor idea de a dónde nos está llevando Federico, solo sé que llevamos horas en este avión y que ya tengo deseos de llegar. La ansiedad y la emoción están haciendo de las suyas, necesito saber a dónde vamos.
Cuando por fin aterrizamos pude notar que todas las señales y carteles del aeropuerto estaban en italiano ¡No puede ser, no puede ser!
– ¿Estamos en Italia?
Me giro hacia él para plantearle la pregunta y es evidente como estaba esperando que esta fuera mi reacción, sus labios se elevaron formando una sonrisa perfecta, es tan guapo que no me acostumbro todavía.
– Pues sí, estamos en Italia y estaremos por quince días, son las vacaciones que te mereces, bueno, nos merecemos. Has trabajado muy duro cielo, jamás había visto a la empresa como ahora. Estoy muy orgulloso de ti, eso tienes que saberlo y merece un premio también, por eso estamos aquí
– No me lo puedo creer ¿es en serio? Pellízcame por favor
– Pues créetelo ¿todavía no tienes idea de lo mucho que has hecho