96. Su cabeza tiene un precio tan prometedor
Amir
La rabia que estoy sintiendo me tiene con todos los músculos del cuerpo tensos.
En especial cuándo ese agente de mierd4 me lanza a una celda como si fuera un maldito delincuente, sin embargo, en ningún momento he borrado la sonrisa prepotente de mi rostro y sé que eso estaba enloqueciendo.
Lo compruebo justo cuándo al cerrar, Isaias me lanza una mirada de rabia y me dice:
—Ya veremos cuánto te dura esa estúpida sonrisa.
Al escucharlo, y simplemente para cabrearlo más, amplío al máximo mi sonrisa e inclino un poco mi rostro hacia la izquierda como si estuviera evaluando la situación, notando como las venas del cuello del hombre empiezan a marcarse, seguramente por lo mucho que se está conteniendo para no matarme.
—Te ha dado en el ego, ¿No es así?
—No se de que mierd4 hablas—oh, claro que lo sabe, y es aquí cuándo, borrando la sonrisa me acerco más a los barrotes y lo miro fijamente a los ojos antes de decir:
—¿Ah no? Entonces permíteme que te refresque la memoria—le digo