—¡Camila! —gritó Fernando con rabia, pero en ese momento yo me sentía extrañamente tranquila.

—Señor, no se trata de gritar para tener razón. No has encontrado evidencia que demuestre que yo filtré los datos; de lo contrario, ya habrías llamado a la policía, ¿verdad?

El Grupo Castillo no logró conseguir el proyecto y, además, su diseño fue muy similar al de otras empresas, lo que generó muchas especulaciones en la industria.

Pero si el Grupo Cumbres llevó a cabo este proyecto, la otra empresa ascendió, y naturalmente, nadie se puso del lado del Grupo Castillo. Si ellos mismos no presentaron una queja, ¿por qué otros habrían de hacerlo?

Si lograron probar que fui yo quien robó los datos, tal vez el Grupo Castillo podría haber intentado recuperar algo de su reputación. Pero no pensé en usar mi nombre para ayudarles.

Ninguno de los dos habló por un momento, y Fernando me observaba en silencio.

—Camila, sé que todavía sientes algo por Daniel. Pero como van las cosas, ustedes se están divor