Ónix
— He hablado con Alondra, pueden quedarse con nosotros el tiempo que sea necesario — Nos dice Luciano unos minutos después de que Nala se recuperara.
Fue extraño lo que sucedió, se llevó las manos a la cabeza y se desplomó sobre el suelo, mientras gemía como si fuera una niña indefensa.
Su gesto de dolor despertó al lobo en mi interior y solo quería hacerlo desaparecer, me incliné y la abracé, consolándola contra mi cuerpo, mientras ella continuaba sosteniéndose la cabeza, como si sintiese un dolor insoportable.
— Gracias, buscaremos un hotel. Ustedes hace poco se casaron y no queremos molestar — Le respondo a Luciano que no ha dejado de mirarme de forma extraña después de ayudar a Nala a levantarse.
— Me molestaría que no vinieras, además Nala está agotada y así estarás cerca del bosque, podemos seguir buscando al asesino de Drago mañana. Mis hombres estarán rastreándolo esta noche, tú debes descansar — Luciano observa a Nala, como si estar a su lado, representara un descanso pa