– Reina – entró Ryan a pasos agigantados, actuando ser más fuerte de lo que realmente es. Esa actuación había logrado incluso engañar a Reina, la única mujer que realmente lo conocía.
– Ryan, no deberías estar aquí. ¿No te quedó claro el mensaje que te envié? – Reina ignoró por completo el saludo de él, sin embargo, ella sabía muy bien, que en cualquier momento se presentaría frente a ella para pedirle su ayuda, si los rumores eran ciertos, ella debía actuar rápido.– Vine a pedirte ayuda – le contestó sin preámbulos, ignorando toda esa hostilidad con la que lo recibía.– Lo sé. Necesitas devolverle la vida a esa mujer.– Me lo debes.– No te debo nada, Ryan. Mi favor fue pagado cuando tus padres no perdieron su casa, su