Cuando salí Ryan estaba recargado en la puerta del coche mirando al cielo, tenía un cigarro en la mano. Parecía distraído por sus pensamientos. Me fui acercando despacio a él. Estaba completamente agotada, mi cabello húmedo caía sobre mis hombros y mojaba mi espalda. Volteó a verme y su mirada era neutra, no podía distinguir ni un solo pensamiento en sus gestos.
– Elena… – susurró.Quizá era porque ya no me veía tan espectacular como unas cuantas horas atrás. Ya no llevaba una sola gota de maquillaje en mi rostro. Mi caminar era torpe y desgastado. Solo quería llegar a casa a dormir.Apagó el cigarro, se dio vuelta al coche y me ayudó a subir. Se quitó su abrigo y lo puso sobre mi pecho. Me ayudó a poner el cinturón.– Descansa, nena –me dio una tierna caricia en el mentón. Se subió al coche y arrancó camino a casa, cerré mis ojos y me dejé llevar por el cansancio escuchando en la radio alguna canción de Nina Simone.Cuando abrí l