Fabrizio
—Sabía que ibas a aparecer tarde o temprano. Podía apostar que serías tú —dijo abriendo la puerta de su habitación.
Alaric lucía de alguna manera diferente; siempre había tenido ese aire imponente, pero ahora se sentía más evidente. Quizás los entrenamientos con Amelia y Eva estaban dando resultado, pero al percibir el aroma de otra persona en él, supuse que podría ser ella.
Aún no me atrevía a imaginar si ella podía ser su verdadera compañera. Alaric había sufrido buscándola, pero tal vez ahora había encontrado a alguien que, de una forma u otra, equilibrara sus fuerzas, sin ser su mate.
Tres lunas humanas. Una humana frente de todo un reino, no estaría mal pienso, mientras observo cómo él se acomoda la camisa para cubrirse un ligero moretón en el cuello, que desaparece poco a poco. Ella es humana, pero tiene el poder de dominar a un rey. No habia visto al rey con una mujer en siglos.
—Lo siento, pero algo urgente ha surgido.
—Sí, sí, sé que no me molestarías si no lo fuera