Resoplo Tanying sarcásticamente — La pregunta aquí es ¿Quién te crees que eres tú para venir a dar órdenes a mi casa?, Esta bien se que eres una de las putitas de Maximiliano no es necesario que me lo digas, deberías agradecer que a menos se te ofrece un plato de comida que por cierto a ti no te ha costado nada sin contar el arduo trabajo de los empleados que tuvieron que hacer para darte tu comida.

—Tu ... como ... te atreves— Balbuceo Alison, su furia era tal que ni siquiera podía articular palabra.

—Me atrevo porque puedo y quiero— Respondió con arrogancia.

—No eres más que una niñata malcriada como consentida que ni siquiera nunca en su vida ha trabajado—bombardeo Alison sin dejar de mirar a Tanying con furia.

— No tengo la necesidad de recurrir oh vender mi dignidad por algo de dinero. Por eso tengo a mi querido esposo y su cuenta bancaria disponible para mí, sin embargo, como sabrás conseguir dinero no es nada fácil así que cuido que no se desperdicie en cosas sin importanci