Al oír esto la joven se quedó sin habla y permaneció sin habla por unos instantes.
– Um… Te agradezco mucho este inmenso honor que me has dado al darme un lugar tan importante en tu corazón…
—Oh, querida mía, el placer es todo mío. Nunca me arrepentí de nuestro encuentro, ni por un segundo. A veces son las cosas más insignificantes las que traen mayor felicidad a la vida. Debes saber que siempre te he admirado más de lo que te imaginas.
Un sentimiento de intensa alegría invadió a Emma quien confesó sin pensar:
– ¡Muchas gracias por las cálidas palabras que me habéis dedicado! Yo también te admiro enormemente, mucho más de lo que te imaginas. Cada vez que me conecto sólo te escribo a ti y a nadie más. Siento que mi perfil en este sitio existe sólo para ti. Otras personas me escriben, pero no tengo ningún interés en sus mensajes. ¡Una vez más te encuentro verdaderamente admirable!
Con voz tranquila y serena, William respondió:
- GRACIAS ! Me llenas de alegría. Ten por seguro que siempre