Respiro profundo y cuento hasta diez, mientras me doy todo el ánimo del mundo. Necesitaba mostrarme muy valiente. Pero, me estaba costando bastante hacerlo.
‘Oh, mira, qué bonito teléfono, tómalo.’ Me digo mentalmente y es así como agarro el teléfono y lo acercó a mi oído mientras escucho como mi esposo menciona mi nombre con fuerza.—¡Adhara Every, contesta ahora mismo el teléfono! —Grita Jareth.—Aquí estoy y deja de gritar que yo no soy ninguna tonta para que necesites levantar tanto la voz para que yo te pueda entender, —Digo con firmeza y me felicitó por no tartamudear o sentir mi voz quebradiza.—Adhara Every, ¿me puedes decir que locura se te ha metido en la cabeza que te hace pensar que no vas a quedarte en nuestra casa? —pregunta Jareth intentando calmar su voz, aunque se nota evidentemente que está enojado.