— Oh, por dios. — es lo único que pude decir, he arruinado sus pantalones, y que decir de la cama. — Definitivamente tus padres no me querrán en su casa un asegunda vez.
— Amor mío, esto no es nada a comparación de lo que haremos.
— ¿Por qué me da la sensación de que cada cosa que dices es una amena