Pero no pudo apartarlo, él la abrazó con fuerza.
Julia frunció el ceño.
—¿Qué haces? Suéltame.
—¿Ves? Caíste en su trampa—dijo Andrés mirándola. —Ella viene, dice un par de cosas y tu humor cambia de inmediato. Eso significa que logró su objetivo.
Julia se quedó pasmada. Era cierto. Esa mañana todo estaba bien entre ella y Andrés, pero después de escuchar a Alicia, empezó a sentir rechazo hacia él.
Andrés continuó: —Esto es un juego psicológico. Ya que ella hizo su movimiento, tú debes responder.
—¿Cómo respondo?
—Siguiéndole la corriente, quedándote conmigo.
Julia lo miró, empezando a entender su idea, cuando Alicia regresó con la jarra de agua.
Al abrir la puerta y verlos abrazados, su mirada se enfrió. —¿Qué están haciendo?
—Hablando—respondió Andrés con indiferencia.
Alicia miró a Julia. Recordando lo que Andrés acababa de decir, Julia decidió contraatacar. Rodeó la cintura de Andrés con sus brazos y apoyó la cabeza en su pecho. —Vamos a comer. ¿No deberías irte ya?
El rostro de Al