Alicia preguntó con descontento: —¿No se iban a divorciar? ¿Cómo es que vuelven a vivir juntos?
—Ya no nos divorciamos—respondió Andrés con voz indiferente.
Los ojos de Alicia se oscurecieron.
Ella había cuidado arduamente a Pilar en el hospital, y ahora él quería estar con Julia, eso no podía ser...
Debía lograr que Andrés se casara con ella antes de que Pilar se recuperara, o cuando naciera su hijo, ya no tendría nada con que negociar.
Cuanto más se demorara, menos oportunidades tendría.
Al llegar a la Mansión Gómez, Alicia flexionó ligeramente los dedos y, al bajar del auto, fingió torcerse el tobillo.
—¡Ah!— gritó asustada.
Andrés la miró alarmado y la sostuvo a tiempo, con expresión preocupada. —¿Estás bien?
Alicia ya se había desmayado.
Andrés apretó los labios y la llevó en brazos a la Mansión Gómez.
La representante Ana le abrió la puerta.
Andrés subió las escaleras, la acostó en la cama y llamó al médico familiar: —Alicia se desmayó, ven a verla.
Al oír esto, Alicia abrió los