Carlota.

Poco a poco comencé a salir de la segura oscuridad, sentía como voces a mi alrededor, alguien estaba hablando intentado calmar a otra persona que respiraba, y se movía por la habitación con actitud alterada.

Lo siguiente que sentí, antes de abrir los ojos fueron las sensaciones de familiaridad y seguridad, algo en mi interior me decía que esas personas no me harían daño, que estaba preocupadas por mí, esto fue lo que hizo que me decidiera a abrir los ojos con lentitud, al principio la escasa luz que entraba por las ventanas de la habitación me hizo volver a cerrarlos, pero después de un segundo, semi abriendo los ojos con precaución, y pronto me acostumbre a la claridad.

Una vez abiertos miré a mi alrededor, al parecer ninguno de los tres hombres que estaban a los pies de mi cama, se habían dado cuenta que estaba consciente, más bien discutían entre ellos, mejor dicho, dos de ellos trataban de hacer entrar en razón a un tercero que, por su estado de alteración, no quería r