Daisy.

-” Abogada Allard”- oí que una voz femenina me llamaba, antes de entrar en el juzgado, mientras subía la enorme, y antigua escalinata del palacio de justicia que databa del siglo XIX.

Me giré con curiosidad, para identificar a la mujer que me había reconocido, y me llevé una inesperada sorpresa, ante mí, delante de una enorme limusina, que debía de valer como mi antigua casa, estaban la familia Blake, al completo, sólo faltaba Amelia que, por lo que sabía, estaba a un mes de cumplir sus nueve meses.

Al mirarlos con interés, a la vez que impresionada, me di cuenta de que, no sólo estaba la impresionante, y preciosa ex Top model internacional Kimberly Blake, que por su apariencia debía de tener unos treinta y pocos años, aunque yo sabía que tenía muchos más, al menos dos décadas más, mirarla te hacía pensar que esa mujer había descubierto la fuente de la eterna juventud, y se bañaba en ella todos los días, ni los últimos adelantos en cirugía plástica conseguían esa perfección,