—¿Qué estás haciendo?

La voz de Benedict retumba cerca de su oído. El sobresalto casi le hace caer el teléfono de las manos. Se gira y lo encuentra de pie, mirándola con los ojos encendidos de ira.

—Yo… solo estaba…

Él da un paso al frente y le arrebata el teléfono. Observa la pantalla. Allí está una foto de Álvaro, tomada en la cena de aniversario de la tienda de Catalina.

—¿Estás investigando a mi primo? —pregunta con la mandíbula tensa.

Isabella traga saliva. No sabe cómo explicarle esto sin levantar sospechas. No puede decirle la verdad sin revelarle todo lo que Nora le ha estado pidiendo en este tiempo, ni el plan de su madre de emparejar a Álvaro con Alessia.

—No es lo que piensas —susurra, pero su voz apenas se oye.

Agarra el celular de su mano y lo guarda con rapidez dentro del cajón de su escritorio. Benedict la mira con intensidad. Todo se revuelve en su interior: la sospecha, el enojo, la duda. Es un hombre acostumbrado a controlar todo, pero siente que pierde el control de