Isabella oye el momento exacto en que la silla de su esposo se mueve y se coloca en su escritorio frente a su computador, fingiendo que está trabajando.

Enseguida, tanto él como Blas salen de la oficina.

Al instante en que el ascensor se cierra. Isabella agarra su cartera y sale corriendo hacia las escaleras. Escucha que Lucinda le habla, pero no le presta atención. Quiere ver dónde va Benedict y quién es la mujer de la que tanto habla.

Llega un piso más abajo y toma el ascensor para los visitantes. Cuando Benedict sale hacia el estacionamiento, ella también lo hace, pero se mantiene oculta para que no la vea. Él se sube en su camioneta y de forma rauda salen del edificio. Isabella corre hacia uno de los taxis que siempre están estacionados allí y le pide al chofer que, por favor, lo siga sin llamar la atención.

Unos minutos después, la camioneta de su esposo entra en un edificio. Isabella lo reconoce, es donde una vez la trajeron a la fuerza. Recuerda bien el piso y el número de de