Caplitulo 58 —Puedes insultarme con razón
Narrador:
Cédric seguía tendido junto a ella, aún con el pulso lento, pero con la mente más desvelada que nunca. Desirée respiraba tranquila, como si no acabara de arruinarle la estabilidad emocional a través del cuerpo.
El fuego seguía crepitando frente a ellos, pero el calor más fuerte estaba entre sus cuerpos, todavía.
Él la miró de reojo. La sudadera le cubría apenas las piernas, y aún así, su silueta parecía brillar bajo la luz anaranjada del salón. Ella sostenía su segunda botella de cerveza como si nada, como si no acabara de comérselo vivo.
Cédric tragó saliva. Bajó la mirada a su propio cuerpo, luego a la curva de la cadera de ella. Y suspiró.
—Me hiciste jurar que no te tocaría —murmuró, más para sí mismo que para ella.
Desirée giró el rostro hacia él. Una sonrisa lenta, peligrosa, le curvó la boca como si llevara veneno dulce entre los dientes.
—Y cumpliste —dijo, mientras dejaba la botella a un lado —Más o menos.
Y entonces, con la