Un largo y agudo pitido molestaba en sus oídos, su respiración era agitada, uno de sus ojos no lo podía abrir, con el otro tan solo veía humo a su alrededor, intentó mover el brazo, pero el dolor era desgarrador, con su otro brazo acarició su abdomen, sus piernas se encontraban atrapadas.
—Ayuda, ayuda, ayuda....
Gritó Emily una y otra vez sintiendo temor de perder su vida y la de su bebé, el humo era cada vez más intenso haciendo que la respiración fuera más débil; pocos minutos más tarde el sonido de las sirenas era cada vez más cerca, los bomberos de inmediato lograron abrir la puerta donde ella se encontraba.
Con la ayuda de una de sus herramientas liberaron sus piernas, los paramédicos de inmediato le brindaron su ayuda, Emily en medio de su dolor solo tenía una cosa muy clara.
—Estoy embarazada, salven a mi bebé —fue lo último que dijo antes de que quedara nuevamente inconsciente.
Emily fue llevada en una de las ambulancias, los paramédicos hacían todo lo necesario para salvar