A medida que avanzaba la velada, el ambiente en el restaurante se animaba más.
Caprice y sus amigas profundizaron en las conversaciones sobre su próximo semestre, compartiendo anécdotas y risas durante las comidas.
Freya, siempre animada, contó historias de sus recientes aventuras, mientras que Lana y Piper intervinieron con sus propias anécdotas humorísticas.
Mientras tanto, Caprice descubrió que sus pensamientos volvían a su encuentro con Moses y Kenneth.
Su inesperado encuentro había despertado en ella una curiosa mezcla de emociones que la habían llevado a reflexionar sobre la dinámica de sus relaciones.
El comportamiento de Moses le había parecido familiar y enigmático al mismo tiempo, su jovialidad atenuada por una sensación subyacente de moderación.
Por el contrario, Kenneth exudaba una confianza más tranquila y su presencia inspiraba respeto y atención.
Mientras reflexionaba sobre su breve interacción, Caprice no pudo evitar preguntarse sobre la natural