Lo único que obtuvo como respuesta fue el silencio del hombre.
Ni siquiera parecía haberla escuchado, y mucho menos darse cuenta de que ella se estaba congelando.
Tara dijo en tono sollozante: “No te pongas así, Odell. No quiero verte así”.
Su respuesta fue un ronco rugido del hombre. “¡Vete!”.
Tara tembló de miedo al instante.
En ese momento, Cliff llegó desde un lado y le dijo: “Señorita Avery, ¿por qué no baja usted primero?”.
Odell no tenía paciencia para nada ni nadie en ese momento, y ella solo causaría más problemas si seguía intentando persuadirlo.
Tara no tuvo más remedio que aceptar y dar media vuelta para marcharse.
Cliff se acercó por detrás de Odell y le dijo en voz baja: “Amo Carter, dicen que el viento era muy fuerte ayer y que esta zona está conectada con el río. Sospechan que la Señora Carter probablemente fue arrastrada al río”.
Odell gruñó: “¡Entonces sáquenla del río!”.
Cliff se apresuró a decir: “Un grupo de gente se ha apresurado a buscarla allí”.
Odell