Ante la carente reacción de Sylvia, Odell se enojó aún más. Hizo todo lo posible para reprimir su ira y preguntó fríamente: “¿Me escuchaste?”.
Sylvia respondió: “Fuerte y claro”.
Su respuesta fue instantánea pero aún no había emoción en su rostro.
La expresión de Odell se enfureció más y sintió como si el fuego de ira en su cuerpo pudiera quemar toda la casa.
Le preguntó: “Sylvia Ross, ¿no he sido amable contigo?”.
Sylvia no respondió ni mostró ninguna emoción.
Odell soltó su barbilla y se dio la vuelta para tirar el escritorio al suelo.
¡Pum!
Todo lo que estaba sobre el escritorio, desde los bloques de madera y las herramientas para tallar hasta las esculturas terminadas, cayeron al suelo.
Las dos nuevas esculturas que hizo para Isabel y Liam también fueron completamente aplastadas por la mesa.
Sylvia se sorprendió y empezó a agacharse para recoger las cosas.
Justo cuando lo recogía, la mano de Odell agarró su hombro.
Su mano presionó su hombro hacia abajo, sin querer dar