Durante los días siguientes, Isabel y Liam fueron a buscarla todas las mañanas.
Era víspera de Año Nuevo. Sylvia acababa de terminar su desayuno y estaba a punto de esperar a que llegaran cuando recibió una llamada de Isabel.
La niña refunfuñó por teléfono: "Mamá, ese malvado no nos deja ir a Liam y a mí a verte".
La voz de la niña estaba matizada por un sollozo. Probablemente se había peleado con Odell.
Sylvia la tranquilizó rápidamente. "No pasa nada. Hoy es víspera de Año Nuevo. Liam y tú pueden quedarse en casa".
Isabel hizo un mohín. "Pero queremos verte".
Sylvia deseaba verlos más que nada, pero no podía lidiar con Odell en absoluto. Después de pensarlo, dijo: "Pórtate bien. Es solo por hoy. Pronto se acabará".
Isabel no dijo nada. Probablemente estaba haciendo un mohín de infelicidad.
Sylvia dijo: "Escucha a mami, ¿de acuerdo, Isabel?".
Isabel dejó escapar un murmullo.
Entonces, la voz de Liam sonó desde el teléfono. "No te preocupes, mamá. Isabel y yo nos portaremos b