Mientras Heather y sus amigos rodeaban a Caprice, intentando humillarla, una voz fría resonó detrás de ellos.
—Empaquételo.
Heather, junto con sus compañeros, se giró para contemplar a Liam, adornado con un traje resplandeciente que acentuaba su silueta bajo los reflectores. Su mirada penetrante exudaba una intensidad cautivadora.
Caprice, desconcertado, observó la escena que se desarrollaba.
Los ojos de Heather parpadearon, lo que la llevó a hacerse a un lado apresuradamente. Sus amigos imitaron sus acciones, creando un camino para Liam. Aunque anhelaban mirarlo, ninguno se atrevió a mirarlo a los ojos.
Acercándose a la vitrina, un miembro del personal preguntó:
—Amo Carter, ¿se refiere a los aretes de girasol?
Liam, con la atención fija en Caprice, gruñó una afirmación. Sacando una tarjeta negra de su bolsillo, se la entregó al personal.
Perpleja, Caprice frunció el ceño.
¿Por qué Liam compraría los aretes de girasol? ¿Podría ser un regalo para Heather?