Cuando la alumna se marchó, más estudiantes se abalanzaron para que Tara echara un vistazo a su trabajo.
Hasta que Christopher se aclaró la garganta.
Cuando los alumnos le vieron, se apartaron educadamente.
Cuando Tara se dio cuenta de que Sylvia estaba de pie junto a Christopher, la sorpresa apareció en su rostro.
Sylvia se cruzó de brazos y una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios.
Tara no pudo evitar recordar cuando Sylvia la había llamado basura delante de todos en la exposición de arte, y su expresión se volvió fría.
Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, su expresión se transformó en una sonrisa y preguntó: "Sylvia, ¿qué haces aquí?".
Christopher le explicó: "He invitado a Sylvia para que oriente a los participantes. Esta vez tenemos muchos participantes, no solo estudiantes, sino también artistas de otros lugares. Me preocupaba que tú, Nesta y todos los demás tuvieran los platos demasiado llenos".
La implicación era obvia, Christopher necesitaba a