Caden y Aiden quedaron completamente sin palabras.
Todo el grupo quedó sin palabras.
Sherry continuó agitando la situación.
—Ada, no eres empleada de Sager Corporation ni parte de nuestra familia. ¿Qué eres exactamente? Deja de ladrarme, ¿quieres?
La tez de Ada palideció.
—Sherry, tú... tú...
Sherry levantó una ceja.
—¿Qué? ¿Qué hay de mí?
Ada se quedó sin palabras y tartamudeó tontamente.
Todo lo que pudo lograr fue mirar a Sherry, pareciendo inofensiva.
Sherry decidió poner fin al enfrentamiento. Se volvió hacia Aiden y Caden, quienes parecían igualmente disgustados, y se despidieron enojados con la mano.
—Muy bien, Amos Sagers, nos está entrando hambre, así que entremos.
Con eso, le indicó a su grupo que entraran al restaurante con ella.
Entraron, todos con brillantes sonrisas.
El interior del restaurante era espléndido y creaba un ambiente acogedor.
El personal los esperaba y el gerente saludó a Sherry a su llegada:
—Señorita Sherry de Sager Co