Capítulo 156
La expresión de Tristán se ensombreció.

Cuando Sylvia se marchó, inclinó la cabeza, desesperado.

Bruce le dio una palmada en el hombro. "Vámonos a casa".

Tristán no se movió.

Al cabo de un rato, miró a Bruce y a Catherine. Sus ojos, normalmente cálidos y claros, estaban teñidos de rojo cuando dijo: "¿Ya están satisfechos? Nunca volverá a aceptarme".

Bruce y Catherine se quedaron paralizados.

Después de un rato, Catherine dijo en voz baja: "Estábamos equivocados, Tristán. Vayamos primero a casa. Hablaremos de esto cuando volvamos".

Tristán la ignoró, se dio la vuelta y caminó hacia la carretera. Tenía la cabeza inclinada y la espalda muy triste bajo el sol poniente.

Bruce y Catherine se preocuparon y lo persiguieron de inmediato.

En ese momento, en un coche deportivo de lujo en un aparcamiento no muy lejano, Odell estaba sentado en el asiento del conductor con un cigarrillo en la mano.

La ventanilla estaba bajada hasta la mitad. Su profunda mirada observaba la figura distante
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