’Hoy, incluso he ganado un premio tan importante. ¡Incluso esa maldita señora Carter tendría que prestarme más atención ahora!'.
'En cuanto a Sylvia... Je, de ahora en adelante, ¡solo podrá temblar a mis pies!'.
...
Aquella noche, cuando llegó la hora de cenar, Sylvia empujó su silla de ruedas y salió.
Sherry había pedido una suntuosa comida para llevar.
Ambas cenaron y hablaron de ir al día siguiente a la entrega de premios.
Sylvia dijo: "Bueno, todavía tengo que molestarte para que me lleves mañana por la tarde".
Sherry le dio una palmadita en el pecho y dijo: "No hay problema. ¡Yo me encargo!".
Sylvia se rio.
"Pero ¿por qué vas mañana a la entrega de premios del concurso de arte?", preguntó Sherry, curiosa y expectante. "¿Participaste y ganaste un premio?".
Sylvia contestó: "No gané ningún premio. Una amiga me invitó a ir".
Pensando en que la tía Tonya aún no había regresado, Sherry dijo: "Será bueno que vayas. Para una ceremonia de entrega de premios de un concurso de ar