Regresó a la cama y le pellizcó la mejilla.
—Terminé. Es tu turno.
Sylvia lo miró.
—Llama a Skylar ahora mismo o dame su contacto.
Ella se veía exigente.
Odell ahuecó su barbilla y la besó en los labios.
—Ve a lavarte. La llamaremos cuando hayamos terminado.
A Sylvia le brillaron los ojos.
—¿VERDADE?
—VERDADE.
Sylvia saltó de la cama y fue corriendo a la ducha.
Después de una ducha rápida y de secarse el cabello, salió con su camisón.
—Odell, terminé. Llamemos a Skylar.
Antes de que pudiera terminar, el hombre que dormía en la cama la sorprendió.
Nunca antes había estado tan enojado.
Apretó los puños y se dirigió hacia la cama.
Se sentó en su vientre y comenzó a hacerle cosquillas.
—¡Odell, despierta! ¡Dejar de fingir!
Le hizo cosquillas en el cuello y las axilas durante unos segundos antes de que sus largos brazos le agarraran las manos.
Sylvia perdió el equilibrio y cayó hacia atrás.
Entonces se encontró debajo de su amplio pecho.
Odell m