Pasaron pocos segundos cuando me apartó regañándome con la mirada, sin embargo, respiró profundo, peinando su cabello con frustración.
— La ignorancia es atrevida — se limita a decir. — Solo fue un abrazo de agradecimiento, eso es menos íntimo que un beso. Así que, no te preocupes tanto — susurro y él me observa enojado. — No lo entiendes. Así que, deja de hacer cosas innecesarias como mandarme flores o abrazarme — dice Helmut y yo bajo mi mirada notando que mi regalo no le ha gustado. — Helmut, no hagas un drama por algo tan pequeño — digo cuando veo como la frustración lo hace caminar de un lado al otro para calmarse. — Estas saltando las barreras que por años he construido. — Confiesa Helmut y yo sonrió al ver que mis esfuerzos no son en vano. — Me