Se nota que se esfuerza, es evidente que intenta que yo me quede a su lado, pero, no quiero eso. No creo que pueda hacerlo cuando tengo mucho dolor del que no he sanado y tampoco quiero sanar a su lado.
— Ryan, no te aferres.— ¡¿Cómo vas a decirme que no me aferre si tú y nuestros hijos es lo único que tengo?! — exclama Ryan liberando sus lágrimas acumuladas.— Cariño, no tenemos otra oportunidad. Es triste lo que digo, pero, es la verdad. No estábamos destinados y no es bueno forzarnos en algo que no funcionará. Ya no hay otra oportunidad.Ryan niega y de inmediato, entra conmigo al ascensor donde presiona el último piso, mientras yo intento alejarme de él.— Puedes odiarme, Day. Te di muchos motivos para hacerlo, pero, el odio también es un sentimiento y es tan fuerte que solo puede igualarse con el amor, por la intensidad y sus capacidades de