Me quedo en silencio, notando que su suplica no es solo verbalmente, si no que, su mirada también me implora que le permita hacer eso por los bebés o por mí. Por eso, miro hacia el camión de la mudanza, notando que hay más de lo que quiero tener de él.
— Ryan…— Déjame darles un poco de calidez al menos con esto.— No recibiré todo, Ryan. — digo y eso hace que Ryan suspire profundo.— Estas son las consecuencias de tener una esposa joven, ¿no? Son tan…— También puedo rechazar todo esto, Ryan.— Buenas mujeres. Es que la bendición de un hombre consiste en tener una increíble mujer joven. — dice él cambiando rápidamente el discurso que tenía pensado.Niego ante su abrupto cambio, pero, no me intereso en comenzar una discusión innecesaria cuando estoy agotada.— Acepta