—Volvieron a discutir? —Ella con amargura le dijo:
—Defina discutir para ustedes, porque Alejandro y tú a todo le cambian el nombre y el significado.—¿Por qué estás tan enojada conmigo si solo intento ayudarte? —Ella volteó a verlo con los ojos llenos de lágrimas.—No estoy enojada contigo, la verdad es que te odio; te odio a ti, odio a Alejandro y odio esta maldita casa donde me siento acorralada todo el tiempo.—Entonces discutieron.—Se enojó porque quería que saliéramos esta noche, pretendía dejar al bebé con una desconocida y le dije que no.—Bueno, si le brindaras más atención y fu