POV Emma
Para mi gran sorpresa el hijo de los Keller me extendió su suave y enorme mano para saludarme, eso no lo esperaba, pensé que me ignoraría toda la noche.
La novia, esa ni siquiera me saludó, me miró con indiferencia y fue todo.Yo estaba sentada junto a papá y el joven Keller entre su madre y su novia.
La cena transcurría tranquila, sirvieron platos deliciosos aunque las porciones eran demasiado pequeñas para mi gusto ni siquiera me tapan una muela con eso. ¡Desconsiderados! Comíamos en silencio, después cuando sirvieron el postre comenzó la charla.
-Dime Emma, ¿A qué te dedicas? ¿Qué estudiaste?
La madre de Adam parecía estar muy interesada en mi y yo estaba dispuesta a satisfacer su interés respondiendo a sus preguntas pero mi madre también, ni siquiera me dejaba contestar.
-Mi Emma estudió gastronomía en el mejor colegio del país y quiere crear su propia empresa de banquetes.
¡¿Banquetes yo?! Pero por supuesto que no, yo sólo quiero hacer pasteles y venderlos en un café, no es que no tenga ambiciones pero preferiría tener una cadena de cafés o restaurantes que una empresa de banquetes.
-¿Ah si? Eso es genial. En el futuro podríamos hacer negocios juntas.
-Será un placer Alana, mi hija estará encantada de hacer negocios contigo.Mi padre no hablaba y el señor Keller tampoco, éste último sólo mantenía una ceja levantada. De pronto Hielena abrió la boca, de nuevo ese tono burlón que la gente utiliza cuando se dirige a mí y una vez más todo se fue al carajo. Maldita mujer.
-Y dime Emma... ¿Obtienes alguna ganancia de los postres que haces? Porque por lo que veo parece que te los comes todos antes de siquiera ponerlos en un mostrador.
-¿Disculpa? -No te ofendas querida pero tu apariencia habla por si sola. Se nota que los postres te fascinan, por eso pregunto, imagínate que te comas todo lo que preparas, algún día pesarás 400 kg si no es que ya los pesas, a ese ritmo tu empresa va a quebrar. -Hielena...La voz de Adam resonó en el lugar. Aunque su rostro no ocultaba una risa burlona, por lo menos intentó callarla, nadie más ahí lo hizo, ni siquiera mis padres. Todos me miraban a mí, como si tuviera que explicar por qué estoy tan gorda, esto es humillante, debería golpearla a la cara, pero la educación y la etiqueta son primero.
-Señorita Hielena, agradezco su preocupación por mi apariencia, pero le aseguro que no se debe sólo a los postres, también como otras cosas como comida de verdad y en muy buenas proporciones no como las que han servido esta noche.
-Emma.Mi madre se molestó.
¿No ve que trato de defenderme educadamente desviando la atención hacia otra cosa mientras hago un chiste de mi misma?
-Emma no te ofendas, ciertamente la preocupación de Hielena tiene sentido hija, tú empresa perderá mucho si te comes todo lo que preparas, lo ideal sería que tú estuvieras al frente de tu empresa y no de tu cocina.
-Mamá...De nuevo Adam interrumpió.
-¿Qué pasa Adam?
-No puedes decirle a los demás como dirigir su empresa o su vida. -¿Por qué no? -Porque no es correcto, si la señorita quiere comerse toda una pastelería completa es su problema no tuyo.Ouch, por un momento pensé que me estaba defendiendo, pero este hombre me defiende por un lado y me ataca por otro, qué patán y todavía sonríe como idiota, no cabe duda que yo soy el payaso de este circo. La señora Alana Keller continuó hablando.
-Claro que es mi problema, la razón por la que los Smith están aquí esta noche es porque somos amigos de toda la vida y Emma debía casarse con uno de ustedes tres y ya que tú estás con Hielena y evidentemente ella no tiene la imagen digna de la esposa del CEO de empresas Keller deberá casarse con uno de tus hermanos. Esta noche nos reunimos para acordar su matrimonio contigo y Hielena aquí presente observaría como es una verdadera mujer distinguida, pero con la apariencia que Emma tiene eso no va a suceder, hasta Hielena luce mejor. Así que si es mi problema Adam porque por como veo las cosas dudo que alguno de tus hermanos quiera casarse con ella. No te ofendas querida pero...
¿Cuánto pesas? ¿300 kg?¡Maldición! No sé que me molesta más que me humillen por gorda o que planeen casarme a la fuerza con alguno de los hijos de esta señora que evidentemente ya no es la mujer amable que me saludó.